Son una población amplia. El waterpolo, el voleibol, el balonmano, la jabalina, el béisbol, la pelota a mano, incluso el básquet y el tenis son deportes donde el lanzamiento es el gesto más repetido.
Los fisioterapeutas conocemos bien lo que supone llevar la anatomía al limite de su funcionalidad ya que nos encargamos de recuperar las lesiones propias de este y otros muchos gestos deportivos.
Básicamente el lanzamiento repetido acaba impactando la cabeza del humero sobre el techo del hombro, el acromion y los ligamentos, y provocando el conocido Impigment o pinzamiento de los tendones del hombro.
El gesto es tan explosivo y repetitivo que acaba desequilibrando la estabilidad articular por un predominio de la potente musculatura anterior, pectorales, bíceps y deltoides, sobre los músculos rotadores y estabilizadores, el famoso manguito de los rotadores, los cuales acaban debilitándose o incluso rompiéndose y lesionando al deportista.
Este deportista acaba transformando la biomecánica normal del hombro, aumentando la Rotación Externa y perdiendo Rotación Interna. Esto produce una limitación que va en aumento y cuyo resultado es que esta alteración facilita la lesión porque el húmero se desplaza e impacta contra el techo del hombro.
La lesiones más comunes son el SLAP con rotura del rodete articular, la rotura de la cabeza larga del bíceps y las tendinopatías del manguito rotador.
Los pronósticos en estas lesiones suelen estar en tiempos de entre dos a seis meses, incluso a veces el año. Estas discapacidades afectan bastante , tanto a deportistas como a personas no deportistas, y suponen un trastorno psicológico por la imposibilidad de hacer vida normal.
Cuando estos deportistas se lesionan, los tejidos suelen estar bastante afectos con tendones parcial o totalmente rotos, dolor al elevar el brazo por impacto óseo que irrita la articulación, nódulos fibrosos musculares muy dolorosos y en definitiva un caso que hay que tratar muy específicamente porque hay varias zonas afectas.
Los signos mas claros son una musculatura anterior acortada e hipertrófica y una musculatura posterior debilitada y sobrecargada. Articularmente hay una rigidez y una pérdida de movilidad por posición de defensa al dolor. Y con frecuencia hay afecciones de articulaciones subyacentes como codo y cuello.
La base de esta rehabilitación esta en reequilibrar la anatomía. Los músculos anteriores hay que relajarlos, básicamente con estiramientos y liberación de puntos gatillo. Y la musculatura posterior hay que primero sanarla y segundo fortalecerla. En este punto de equilibrio muscular y simultaneamente liberando la articulación hacia la normalidad de movimiento, es donde debemos de iniciar una fase superior basada en la prevención de estas lesiones.
Esta prevención pasa por fortalecer la musculatura estabilizadora que es la que sufre. Ya hace años que los fisioterapeutas proponemos el trabajo de fuerza, sobre todo en la fase excéntrica que potencia los tendones como clave para no recaer en esta misma lesión.

No hay comentarios:
Publicar un comentario